Salsa bechamel fácil
Sigue estas instrucciones sencillas, paso a paso, para una bechamel fácil de preparar, ideal para acompañar y preparar muchas recetas.
Es mi salsa preferida para la pasta, lasañas, canelones, huevos rellenos y cualquier vegetal que necesite acompañamiento.

Cambia el aspecto del plato y lo transforma en uno de alta cocina, como si lo hubiese preparado un chef profesional.
Su textura cremosa y su suave sabor hacen que sea perfecta para usarla una y otra vez ¡y se hace con solo 3 ingredientes!
Para mucha gente la bechamel es todo un desafío, pero hoy voy a demostrarte que no tienes nada que temer. Es mucho más fácil de lo que te imaginas.
Por qué te encantará esta receta de Salsa bechamel fácil:
- Fácil y rápida Con estos sencillos pasos no tendrás ninguna dificultad en crear tu propia bechamel casera y que te quede perfecta.
- Sin grumos Te doy un par de trucos para que le pierdas el miedo a los grumos, y que la salsa quede fina y sedosa.
- Versátil La puedes elaborar en diferentes grosores para utilizarla como más te guste, y añadirle condimentos que la hagan especial.
Sigue estos fáciles pasos para hacer la bechamel perfecta
Derrite la mantequilla
Por lo general, siempre utilizo la cantidad de mantequilla como guía para saber cuánta salsa necesitaré.
40 g es la cantidad perfecta para una salsa fina. Pero esta cantidad no es suficiente para hacer unas croquetas, por ejemplo. Habría que subir a unos 85 g.
Derrite la mantequilla a fuego medio hasta que esté completamente líquida y ligeramente espumosa.
Ten a mano el resto de los ingredientes porque la mantequilla se quemará fácilmente y eso no es bueno para nuestra bechamel, así que baja el fuego hasta que añadamos la harina en el siguiente paso.
Añade la harina
Un roux consiste en cantidades iguales de harina y mantequilla, así que si usamos 40 g de mantequilla entonces añadiremos 40 g de harina a la mantequilla derretida.
La harina para todo uso es adecuada, y necesitarás unas varillas fuertes para esta parte.
Sube el fuego a medio y mezcla la harina con la mantequilla derretida. Al principio parecerá muy seco y con grumos, pero la mantequilla ayudará a disolver la harina.
Si mezclas continuamente, el roux no tendrá grumos.
Acabará por alisarse después de unos minutos y el tiempo que lo cocinemos en esta fase puede determinar el sabor y el color de la bechamel final.
Solo necesitamos que tenga un color amarillo pálido, así que vigila el fuego y bájalo si lo necesitas.
Añade la leche
Hay dos partes muy importantes en este paso y son, asegurarse de que la leche está caliente y añadirla muy poco a poco.
Las razones son principalmente para asegurarnos de que no haya grumos cuando la bechamel esté terminada.
Cuando viertas el primer chorro de leche la mezcla se agarrotará, se llenará de grumos y probablemente te preguntarás si se ha estropeado.
Pero no te preocupes porque esto es parte del proceso.
Si viertes la leche toda de una vez, los grumos no tendrán nada contra lo que empujar para alisarse.
Simplemente flotarán por la olla y puede que acabes haciendo desaparecer la mayoría de ellos pero no todos por mucho que batas.
Sazona
Termina la bechamel con un poco de sal y pimienta. Ya está lista para añadirla a todos tus platos.
A mí me gusta que la bechamel esté fina, pero a partir de aquí es una decisión personal, así que moja una cuchara y comprueba cómo se derrama de ella al sacarla.
Otra cosa que hay que tener en cuenta es que a medida que se enfríe se espesará.
Para devolverla a su estado cremoso original basta con ponerla a fuego lento y añadir un chorrito de leche mientras se bate y en cinco minutos volverá a la normalidad.
Ingredientes para 500 ml
- 40 g de mantequilla
- 40 g de harina para todo uso
- 500 ml de leche caliente
- Sal, al gusto
- Pimienta negra recién molida, al gusto
- 1 pizca de nuez moscada molida
Elaboración:
- Calienta la leche a fuego lento en una olla pequeña.
- En una olla o cazo derrite la mantequilla a fuego medio hasta que empiece a chisporrotear.
- Añade la harina y mezcla hasta que esté suave y de color tostado pálido (unos 3 minutos).
- Vierte un chorrito de la leche caliente al roux y mezcla con las varillas hasta que se absorba por completo por la mezcla de harina y mantequilla. Sigue añadiendo chorritos y mezclando después de cada adición.
- Una vez que hayas añadido toda la leche, cocina a fuego lento durante 5 minutos sin dejar de batir.
- Retira del fuego y termina sazonando con sal, pimienta y nuez moscada. Prueba y rectifica si es necesario.
Notas
Si no la vas a usar de inmediato es mejor que cubras la superficie con film para que no se empiece a formar costra por encima.
Se puede congelar fácilmente. Tras la descongelación, tiene un aspecto granulado y poco apetecible, pero resiste la tentación de tirarlo a la basura y vuelve a calentarlo a fuego lento. Remuévelo con frecuencia y se convertirá enseguida en una salsa brillante y espesa.
Puedes añadir queso para obtener una salsa de queso cremosa y rica. Cualquier queso sirve, incluso el azul. No olvides que si añades queso, tendrás que añadir más leche. El queso también es un espesante, así que tiene sentido que si lo añades, tengas que compensar con más líquido.
Porciones: 500ml
Tiempo de preparación: 5 minutosTiempo de cocinado: 10 minutosEn total, está listo en: 15 minutos